Este festejo se lleva a cabo en el mes de octubre, en el cual, bebés de un mes de nacido y niños hasta los 6 años de edad, reciben la bendición del marakeme.
Para dicha celebración se realizan diversas ofrendas, en las que destacan la fruta de temporada y la bebida tradicinal wixárika, el «Nawá» el cual se realiza a base de maíz fermentado, 2 días antes de la celebración, cabe destacar que este lixir es hecho específicamente por mujeres de la comunidad.
Acomodados en modo circular, cantan y tocan tambores para iniciar la ceremonia, el mara’akame (chamán), alentados por el canto del tambor, comienza el viaje, en ese momento los más pequeños ayudados por sonajas representan el vuelo de las aves. De esta manera, se emprende el viaje hacia Wirikuta la tierra sagrada, acompañado de cánticos y rezos, las ofrendas que se van dejando a lo largo del recorrido en los diferentes centros sagrados para la comunidad huichol.
Los indígenas wixárikaas, como en todos sus rituales y celebraciones sagradas son con el objetivo de agradecer a sus dioses más que para pedir, y único espacio donde se recibe a turismo en general es en la colonia Zitakua de la ciudad de Tepic, Nayarit.