Esta danza tiene su origen en la comunidad cora de nuestro estado. La fiesta comienza con la elección del nuevo gobernador y sus ayudantes el día 2 de noviembre y termina el 3 de enero.
El día 31 de diciembre, llamado “la víspera”, se hacen los últimos preparativos de la única fiesta cívica que celebra el grupo étnico cora.
Ese día por la mañana, La danza de la Urraca es acompañada musicalmente por la Chirimia (un flautista y dos tamborileros) junto con los 7 danzantes, portan un penacho de flores con plumas de urraca en la punta y una malla de papelillo o chaquira entretejido que cubre el rostro, un paliacate bordado con chaquira, canutillo y lentejuela en la parte de la nuca (pegado al penacho) y otro par de paliacates en la cintura, con listones de colores, calzón de manta, camisa blanca y una de color chillante encima, siempre portando un morral del lado izquierdo y huarache, luciendo la palma que llevan en la mano izquierda y haciendo sonar la sonaja que llevan en la mano derecha por toda la calle.
Mientras tanto, la maringuía o malinche (la octava danzante y única mujer dentro de esta danza) es peinada y arreglada con las mejores galas por las esposas de los gobernadores. Esta mujercita o niña, es vestida de blanco y utiliza el mismo penacho, morral, palma o ramo, sonaja y huaraches igual que los danzantes.
Después viene la consagración de la Urraca, en la que se le da a cada participante peyote para que tenga una buena resistencia durante la ceremonia.
Al efectuarse el cambio de varas o poderes, los danzantes formados en cuadrillas, hacen sus ejecuciones que se caracterizan por una serie de saltos y remates, acompañados de un movimiento que hace sonar la sonaja convirtiéndose en un instrumento más dentro de esta danza.